Desigualdad alimentaria
Hay una enorme brecha entre los que tienen y los que no en cuanto a la distribución de alimentos en todo el mundo
Alrededor de mil millones de personas no tienen suficiente para comer. Actualmente, esta crisis mata a más personas que el sida, la malaria y la tuberculosis juntos1. Por el contrario, alrededor de 1.500 millones de personas en el mundo occidental han sido diagnosticadas con sobrepeso, alrededor de un tercio de las cuales son obesas2. Esta situación obstaculiza los esfuerzos de las Naciones Unidas (ONU) para lograr el Objetivo de Desarrollo del Milenio de erradicar la pobreza extrema y el hambre3. La ganadería en pequeña escala desempeña un papel fundamental en los países en desarrollo y contribuye al bienestar de más de 800 millones de pequeños agricultores pobres4. Sin embargo, la ganadería industrial a gran escala está agravando la crisis alimentaria.
Aumento de la demanda de alimentos
Actualmente, alrededor de dos tercios de los animales de granja en todo el mundo se crían en granjas industriales. Crecen en sistemas que dependen de piensos de cereales y soja para un crecimiento rápido y un alto rendimiento. Aunque las vacas lecheras están adaptadas naturalmente a pastar y comer hierba, ahora también se las está criando para que sean más dependientes de los cereales y los piensos de soja. Esta demanda de alimento significa que estamos poniendo a los humanos en competencia con los animales. Literalmente, estamos tomando alimentos de alta calidad y ricos en nutrientes que la gente podría comer y dándoselos de comer a los animales en las granjas.
Los recursos necesarios para producir este alimento
La competencia por la comida no es el único problema. Para el cultivo de piensos, se despejan grandes extensiones de tierra, tanto en países desarrollados como en desarrollo. Tomemos la soja, por ejemplo, que se cultiva principalmente en países en desarrollo. Se ha citado la demanda de este cultivo como particularmente dañina5, lo que ha provocado que se les quiten tierras a algunos agricultores. Incluso ha causado violentos enfrentamientos entre empresas multinacionales, pueblos indígenas y sus gobiernos6.
Sin embargo, el uso de la tierra no es el único problema. Según el Foro Económico Mundial7, la ganadería es un "actor clave" en el uso del agua, ya que representa el 8% del agua total que utilizamos en todo el mundo. La mayor parte de este porcentaje se destina al riego de cultivos forrajeros. Una carta publicada en Nature8 afirmaba que, en China, "el cambio en los patrones de consumo de alimentos es la principal causa del empeoramiento de la escasez de agua. Si otros países en desarrollo siguen la tendencia de China hacia dietas occidentales ricas en proteínas, la escasez mundial de agua será aún más grave."
Precios inaccesibles
No acaba aquí. En 2011, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (UNFAO) declaró9 que los precios de los alimentos habían subido en los últimos años. Esto se debía, en parte, al “crecimiento económico a largo plazo en varios grandes países en desarrollo que (a) presionó al alza los precios del petróleo y los fertilizantes por estar basado en el uso intensivo de recursos debido al uso intensivo de recursos de su crecimiento económico y (b) condujo a un aumento de la demanda de carne y, por tanto, de piensos, a medida que se diversificaron las dietas en estos países”. Esta tendencia al alza en los precios puede dificultar cada vez más el acceso a los alimentos vitales para quienes más los necesitan.
No lo decimos solo nosotros
Con… un cambio fundamental en las funciones de la ganadería, existe un peligro significativo de que se esté expulsando a la gente pobre de esta práctica... y la seguridad alimentaria mundial se vea comprometida.
Banco Mundial (World Bank) (2001)10
Imagina un canal de 10 metros de profundidad, 100 metros de ancho y 7.1 millones de kilómetros de largo, lo suficiente para rodear la tierra 180 veces. Esa es la cantidad de agua que se necesita cada año para producir alimentos...
UNFAO (2007)11
¿Y qué hacemos?
La ganadería industrial rompe nuestros sistemas alimentarios. Al tomar medidas contra la ganadería industrial, no solo estamos creando una revolución en la manera en que criamos animales y nos alimentamos; también estamos ayudando a que todo el mundo tenga la comida que necesita.