Estamos muy orgullosos de que el importantísimo documental "STOLEN FISH" (Peces Robados) dirigido por Gosia Juszczak, y realizado en colaboración con Compassion in World Farming, se vaya a proyectar en un festival de cine español. El documental debutó en el Festival “The Man in Danger” en Polonia (24-29 de noviembre 2020), y ahora se podrá ver en el festival MiradasDoc el 2 de marzo en Santa Cruz de Tenerife.
La película trata sobre Gambia, el país más pequeño de África, el cuál se está quedando sin pescado. Desde que aparecieron allí las fábricas de harina de pescado chinas, la mayoría del pescado se procesa para la alimentación animal y luego se envía a China y Europa. A pesar de las protestas, los grandes negocios neocoloniales están en auge, y las promesas de nuevas carreteras y cientos de puestos de trabajo resultan ser un espejismo ilusorio. Las historias de los pescadores Paul y Abou y la vendedora de pescado Mariam crean un marco íntimo para la historia del desarrollo robado de África Occidental y la necesidad de buscar una vida mejor en Europa.
Qué es la harina de pescado
Cada año, se capturan 129 millones de toneladas de pescado en el mundo, lo que equivale aproximadamente a 2.5 billones de peces (320 veces el tamaño de toda la población humana). Sin embargo, una cuarta parte de todo el pescado capturado a nivel mundial no es consumido por los humanos. Estos peces, en su mayoría especies de peces pequeños como sardinas, boquerones, pero también, por ejemplo, caballa, se triturarán y convertirán en harina y aceite de pescado.
La harina y el aceite de pescado se utilizan principalmente como ingrediente en piensos para cerdos y pollos, o como uno de los principales ingredientes en los piensos para peces de cultivo como el salmón, la trucha y las gambas.
Más del 70% de la producción mundial de harina y aceite de pescado se destina a las piscifactorías. La acuicultura es una industria que se está desarrollando muy rápidamente ya que se estima que para el 2030, más del 62% del pescado consumido por los seres humanos procederá de granjas.
El desarrollo de la ganadería industrial está teniendo un efecto devastador sobre la vida en el océano. Puede sonar sorprendente, pero los cerdos y las gallinas también consumen pescado, de hecho, consumen 2 veces más pescado (en forma de harina y aceite de pescado) que toda la población de Japón, el país con el mayor consumo de pescado per cápita y 6 veces más que toda la población de Estados Unidos. En el caso de los peces, éstos consumen más de 4,5 veces más pescado que la población japonesa y 14 (!) veces más que toda la población de los Estados Unidos.
Además, el 90% del pescado capturado para convertirlo en harina o aceite de pescado podría destinarse al consumo humano. La producción de harina de pescado es una industria que, a menudo, literalmente roba pescado a las personas que más lo necesitan. Por ejemplo, en países del hemisferio sur, el pescado que se captura para convertirlo en harina, suele ser la principal fuente de alimento, es decir, una opción barata y de fácil acceso para los más pobres.
Por otro lado, la demanda mundial de esta materia prima ejerce una enorme presión sobre el medio ambiente. Los científicos llevan un tiempo alertando que el 90% de la población de peces está completamente explotada o sobreexplotada. La piscicultura estaba destinada a reducir la presión provocada por la pesca intensiva. Sin embargo, lamentablemente, el modelo de piscicultura que domina Europa y se populariza en otras partes del mundo se basa en el cultivo de especies carnívoras como el salmón, la trucha, la lubina y el besugo, los cuales se alimentan de harina de pescado, lo que hace que el modelo sea muy ineficaz.
Cuánto pescado se necesita para alimentar a los peces
Se necesitan 10 kg de pescado para producir solo 2,7 kg de harina y 0,5-1 kg de aceite de pescado.
Esta cantidad de harina y aceite de pescado suele producir unos 2 kg de salmón (teniendo en cuenta aspectos como la mortalidad de los peces en el cultivo o las pérdidas en las fábricas de procesamiento), y la harina de pescado no es la única materia prima necesaria para la producción. El 60-70% del alimento es de origen vegetal, como por ejemplo, la soja, que su producción también conlleva un importante impacto ambiental y en la biodiversidad (Ver el informe: Salmón en la soja: deforestación y conflicto por la tierra en Brasil).
Aproximadamente el 50% de la harina de pescado utilizada en Europa proviene de países no europeos, principalmente de los países del hemisferio sur. Como resultado, los recursos marinos se agotan en regiones donde aún no están adecuadamente protegidos para abastecer la producción intensiva de peces en países desarrollados.
Asimismo, el pescado, que se utiliza para hacer harina y aceite, es de gran importancia para el funcionamiento del océano ya que son cruciales en la cadena trófica. Estos pequeños peces son el alimento básico para otros peces y otros depredadores como pingüinos, delfines, ballenas y focas.
Finalmente, también es necesario mencionar el aspecto del bienestar animal en la producción de harina y aceite de pescado. Los científicos están de acuerdo en que los peces son criaturas sensibles y, por lo tanto, son animales que pueden sentir dolor y miedo (y posiblemente también otras emociones) pero la industria de la harina de pescado los trata como materia prima. Estos peces sufren mucho cuando son capturados, dependiendo del método de pesca, a menudo son aplastados en la red por el peso de otros individuos. Además, al tirar de la red desde grandes profundidades, la presión cambia rápidamente, lo que a veces hace que estallen las vejigas natatorias y los globos oculares. Los supervivientes experimentarán un gran sufrimiento a bordo del barco, ya que estos peces no son sometidos a ningún método de aturdimiento. Mueren asfixiados y a menudo el proceso se prolonga mucho tiempo.
Para la producción de un salmón, en promedio, es necesario utilizar entre 170 y 400 peces que se han procesado en harina de pescado. El coste ético de tal elección es, por tanto, enorme.
Sin embargo, hay formas de reemplazar la harina y el aceite de pescado de los piensos. En la actualidad, los desechos del procesamiento del pescado (por ejemplo, durante el fileteado) se utilizan cada vez con más frecuencia para la producción de harina y aceite de pescado. También existen soluciones innovadoras, como la producción de harina utilizando metanótrofos, es decir, microorganismos capaces de metabolizar el metano y producir aceite utilizando algas.
Gambia: Un caso de estudio
Gambia es el país más pequeño de África y no es un actor importante en el comercio mundial de harina y aceite de pescado. En la industria global de este producto, es casi imperceptible. Solo hay tres fábricas en su costa, sin embargo, es en esta microescala donde el poder destructivo de esta industria es claramente visible.
África occidental carece de datos y de un sistema de seguimiento de la cadena de suministro adecuado para identificar cómo funciona la industria de la harina de pescado. Los políticos locales no se ocupan a propósito de la recopilación escrupulosa de los datos. Como nos dijo uno de los altos funcionarios de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), cuanta menos transparencia, más fácil es hacer negocios debajo de la mesa, y esto, lamentablemente, es un problema en la región.
La fábrica de Golden Lead, que se encuentra en la ciudad de Gunjur, absorbe aproximadamente el 40% (!) de la captura total de peces en Gambia. Si las otras dos fábricas tuvieran la demanda a la mitad (y no son mucho más pequeñas que el Golden Lead) juntas absorberían el 80% de las capturas nacionales. Así que no queda mucho para la población local. Por lo tanto, tiene un gran impacto en la vida de las personas en esta pequeña región del mundo.
Hasta ahora, Gambia tenía una cadena de dependencia bastante sólida. Los pescadores locales salían a pescar todas las mañanas, vendían el pescado capturado a comerciantes locales, es decir, principalmente a mujeres que procesaban y ahumaban el pescado. Posteriormente, estos pescados se enviaban al mercado local, donde eran la principal fuente de alimento, especialmente para los habitantes más pobres del país.
Desde que aparecieron las fábricas de harina de pescado en la costa, esta cadena se ha visto completamente alterada. Los pescadores, a menudo sujetos a contratos, entregan pescado a las fábricas, que, debido a la escala de producción, superan fácilmente las ofertas de las mujeres locales. Por lo tanto, solo cuando las fábricas están completamente llenas, el resto del pescado va al mercado local. Esto tiene un gran impacto en el acceso de los lugareños al pescado como fuente de alimento.
Dado que la demanda de las fábricas es alta, muchos barcos de la flota extranjera de alta mar aparecieron rápidamente en la costa. Se trata de grandes barcos de pesca industrial (tanto chinos como europeos), que arrastran fácilmente redes de pesca de varios kilómetros detrás de ellos. Además, las fábricas como Golden Lead están violando notoriamente las ya modestas leyes ambientales y laborales.
Es prácticamente imposible rastrear la cadena de suministro de harina de pescado. Es una red de conexiones muy compleja y muy poco transparente. Por ejemplo, la harina de Gambia puede terminar en Vietnam, donde se utilizará para producir piensos, que luego terminarán en Europa. Sin embargo, la falta de un sistema de etiquetado apropiado impide de manera efectiva la transparencia total.
Qué tiene que hacer Europa
Actualmente, la Unión Europea no tiene barreras legislativas para evitar que la harina de pescado procedente de la pesca ilegal o las fábricas que contaminan el medio ambiente y explotan a las personas llegue a la Unión Europea.
Se necesita urgentemente una mejor legislación para garantizar que el aceite y la harina de pescado utilizados en Europa provengan de una producción sostenible, pero también mecanismos para evitar que la cría de animales en las granjas y la piscicultura requieran esta materia prima.
Qué hacemos en Compassion
Compassion ha estado recopilando datos sobre las rutas de producción y exportación de harina y aceite de pescado de África Occidental durante más de un año. Analizamos datos oficiales, hablamos con representantes de diversas agencias gubernamentales, productores y activistas locales. Con la información recopilada, hemos creado un informe completo sobre la producción de harina de pescado llamado Hasta que los mares se sequen.
También enviamos, en cooperación con eurodiputados que están dispuestos a abordar este asunto, una serie de preguntas a la Comisión Europea para obtener declaraciones oficiales sobre regulaciones legales y acuerdos comerciales para la harina y el aceite de pescado.
Educamos y presentamos el tema en conferencias, por ejemplo, recientemente en la Conferencia de Bienestar de los Animales Acuáticos (AAWC) y en el festival Afrykamery en Polonia.
Actualmente, junto con un grupo de expertos en ecosistemas marinos, acuicultura y derecho europeo, estamos preparando un informe completo que se centra en la producción y uso de harina y aceite de pescado en el contexto de la acuicultura europea. Nuestro objetivo es analizar en detalle la situación global y la red de dependencias y examinar el papel de la Unión Europea. Sobre la base de este análisis, recomendaremos a la Comisión Europea, pero también a los miembros del Parlamento Europeo (porque pueden tener un impacto directo en el alcance del trabajo del comité), qué cambios legales son necesarios para asegurar que la Unión no participa en las peores prácticas relacionadas con la producción mundial de harina y aceite de pescado.
Qué pueden hacer los consumidores
Muchos de nosotros nos hacemos esta pregunta. Desafortunadamente, en el caso de la harina y el aceite de pescado, el asunto no es sencillo. Continuaremos informándote sobre nuestros próximos pasos tan pronto como tu apoyo sea necesario. Actualmente estamos trabajando para convencer a los políticos europeos de que este es un asunto que debe incluirse en las soluciones propuestas por estrategias como "De la granja a la mesa" y el Pacto Verde Europeo.
De todas maneras, vale la pena repensar las opciones como consumidor. No compres carne o pescado baratos, elige productos orgánicos o limita definitivamente el consumo de alimentos de origen animal en general, sustituyéndolo por fuentes alternativas de proteínas vegetales. Si compras pescado, elige pescado salvaje capturado, pero solo si está debidamente certificado. Puedes consultar las guías disponibles: WWF Guía de pescado para un consumo responsable. Sin embargo, recuerda que estas guías tienen en cuenta los problemas de la pesca sostenible y el impacto en el medio ambiente, pero no tienen en cuenta los problemas de bienestar, como por ejemplo, la falta de sacrificio humanitario. Si compras pescado de piscifactoría, evita los carnívoros como el salmón, la trucha, la lubina y el besugo.
Para saber más puedes leer:
- Escondido en la profundidad: Destapando la verdad sobre la descomunal industria peruana del pienso y el aceite de pescado.
- Atrapados: Cómo los supermercados españoles abordan el empleo de pescado salvaje en su cadena de suministro acuícola .