CIWF ha escrito al ministro de Agricultura, Luis Planas, instándole a que aplique sin demora la estrategia "De la Granja a la Mesa" de la UE, a pesar de los intentos de socavarla.
La estrategia, adoptada por los eurodiputados en octubre del año pasado, mejorará la sostenibilidad y el bienestar de los animales, algo esencial para crear seguridad alimentaria. Sin embargo, las recientes presiones del “lobby” de la industria agraria han hecho que los eurodiputados voten a favor de una resolución sobre seguridad alimentaria que desestima la importancia de la sostenibilidad y aumenta el flujo de fondos para la industria agroalimentaria, lo que pone en peligro la estrategia "De la Granja a la Mesa".
Acelerar la aplicación
Estamos pidiendo al ministro de Agricultura que apoye la estrategia "De la Granja a la Mesa" en la reunión del Consejo AGRIFISH de la UE del 13 de junio y que acelere su aplicación para garantizar una mayor seguridad alimentaria y beneficiar a las personas, los animales y el planeta.
La ONU ha advertido recientemente que hay que tomar medidas urgentes para limitar el calentamiento global a 1,5 ºC, pero sin una reducción inmediata y profunda de las emisiones derivadas del consumo de carne y productos lácteos, simplemente no será posible alcanzar el objetivo. La ganadería produce más emisiones de gases de efecto invernadero que los escapes de todos los aviones, trenes y coches del mundo juntos.
Un duro recordatorio
Patricia de Rada, representante de CIWF para España manifestó: "La mejor manera de garantizar la seguridad alimentaria ahora y para las generaciones futuras es crear sistemas alimentarios sostenibles que beneficien a las personas, los animales y el planeta. La estrategia "De la Granja a la Mesa" de la UE lo conseguirá, por lo que pedimos al ministro de Agricultura que acelere su aplicación.
"La guerra en Ucrania es en realidad un duro recordatorio de que nuestro maltrecho sistema alimentario debe transformarse urgentemente en uno que pueda llevarnos a través de este tipo de crisis y proporcionar una seguridad alimentaria duradera. El cambio a dietas basadas en plantas con sólo cantidades moderadas de proteína animal tiene el potencial de reducir el uso de la tierra agrícola hasta en un 60%. Esta tierra podría utilizarse para recuperar los ecosistemas naturales, fomentando la biodiversidad y eliminando de la atmósfera las emisiones de gases de efecto invernadero de muchos años.
"El cambio es crucial para un sistema alimentario más saludable y sostenible que ayude a frenar la crisis climática en lugar de alimentarla".