Los peces son seres inteligentes y sintientes y, al igual que muchos otros animales, exploran, viajan, socializan, cazan y juegan. Algunas especies se preocupan por sus crías y usan herramientas al igual que los seres humanos. Los peces son seres sensibles capaces de sufrir y de sentir dolor.
La mayor parte de los peces han desarrollado los sentidos y tienen un excelente gusto, olfato, oído y visión del color1. Hasta hace poco, muchas personas no eran conscientes de que los peces son seres sintientes o que sienten dolor y la comunidad científica prestaba una atención limitada a las capacidades mentales de los peces. Ahora, descubrimientos recientes abren un nuevo mundo de comprensión. Los peces son mucho más complejos de lo que nunca pensamos y viven una rica vida social: se comunican, cazan en colaboración y, en algunos casos, desarrollan rasgos culturales2.
En la actualidad se crían enormes cantidades de peces en piscifactorías submarinas. Al igual que ocurre en tierra, estas granjas son lugares lúgubres y sobrepoblados en los que los animales sufren enormemente. A menudo se sacrifica a los peces de forma inhumana y muchos soportan muertes lentas y dolorosas por asfixia, aplastamiento o incluso son eviscerados vivos.
Peces: inteligentes y complejos
Experimentos recientes han demostrado la avanzada inteligencia de los peces. En determinadas pruebas mentales, incluso el diminuto pez limpiador supera a muchas especias de primates incluidos orangutanes y chimpancés en el uso de una potente memoria y la captación de la teoría del juego para resolver acertijos relacionados con la comida en el arrecife3.
Muy pocos animales son capaces de reconocerse a sí mismos en un espejo. Los animales que han logrado superar la denominada "prueba del espejo" incluyen chimpancés, delfines, elefantes y algunas aves. Ahora (gracias a esta nueva investigación) podemos añadir al pez limpiador a la lista4. Parece que incluso el pez más pequeño tiene autoconciencia.
El pez globo macho japonés crea un increíble nido de dos metros de ancho en la arena. Trabajando diligentemente durante alrededor de una semana, avienta la arena con las aletas y lo hace maravillosamente simétrico. Lo hace para atraer e impresionar a las hembras5.
El pez colmillo es capaz de usar herramientas, aplastando las conchas de almejas con rocas para obtener la carne del interior. Selecciona cuidadosamente las rocas del tamaño y la forma adecuados y a menudo las transporta a otros lugares para usarlos a la hora de alimentarse6.
Meros - la caza cooperativa entre animales de especies diferentes es rara e impresionante7. Los meros van a cuevas en las que saben que viven sus amigas las anguilas morenas y hacen gestos para invitarlas a cazar. Las anguilas hacen salir a los peces de pequeños espacios en el arrecife y entonces los meros los capturan en aguas abiertas y comparten la comida. Recientemente, los investigadores descubrieron que los meros también tienen un comportamiento similar con los pulpos.
Las vidas emocionales de los peces
Nuestra comprensión de las vidas internas de los animales acuáticos está creciendo rápidamente: los peces son inteligentes, emocionales y mucho más complejos de lo que nunca pensamos. Al explorar el mundo submarino, hemos descubierto comportamientos fascinantes que surgen de las mismas bases que los nuestros: un cerebro que puede detectar el dolor, procesar emociones y aprender de los errores así como un deseo de sobrevivir. Tanto la ciencia como el sentido común nos dicen que los peces son capaces de sentir dolor y emociones. Tristemente, a causa nuestra, sufren por billones cada año.
Los cerebros de los peces están organizados de forma diferente a los de los mamíferos. Sin embargo, estudios detallados sugieren que los peces sienten dolor8. Lo que es más, los peces pueden llevar vidas emocionales complejas y tienen tanto derecho a disfrutar de su vida como cualquier otro animal.
El bienestar de los peces importa porque son animales sintientes9. Esta evidencia procede de una serie de estudios que prueban la estructura cerebral, las capacidades de aprendizaje y el comportamiento. Al observar a los peces en sus hábitats naturales, continuamente nos sorprenden sus fascinantes acciones que revelan un pensamiento sofisticado. Resolución de problemas, aprendizaje, cooperación, caza coordinada, uso de herramientas, memoria, decepción. Y esta impresionante lista sigue creciendo.
Sentir dolor
A pesar de que el dolor es una experiencia desagradable, nos ayuda a mantenernos seguros y es vital para nuestra supervivencia. Es un fenómeno tan valioso que ha evolucionado en muchos grupos de animales, incluidos los peces. A pesar de que los cuerpos y los cerebros de los peces son diferentes a los nuestros, hay clara evidencia de que sus sistemas nerviosos están equipados para detectar el dolor, sus cerebros les permiten sentirlo y su conducta cambia en respuesta al dolor.
Alivio del dolor
Los analgésicos parecen aliviar el dolor en los peces al igual que lo hacen en los humanos y otros animales. En un experimento, truchas a las que se había inyectado (lamentablemente) veneno en los labios mostraron los signos típicos de dolor. Dejaron de alimentarse, tenían la respiración afectada, se balanceaban hacia delante y hacia atrás y frotaban la boca contra las paredes del tanque. No se escondían de los depredadores y los peces dominantes se hicieron menos agresivos; en otras palabras, parecían estar bastante distraídas por el modo en que se sentían. Sin embargo, cuando se les suministraron analgésicos, les regresó el apetito y volvieron a su conducta natural10.
Instintos de supervivencia
Las emociones ayudan a sobrevivir. Son procesos psicológicos que ayudan a los animales a evitar el peligro y a trabajar para lograr recursos deseables. Por ejemplo, el miedo es realmente útil porque ayuda a evitar a los depredadores y situaciones peligrosas. El placer refuerza las cosas que son buenas para ti y te hace luchar más por obtenerlas.
¿Cómo se mide el modo de sentir de un pez? Es algo difícil de medir en cualquier animal no humano. Pero podemos medir los cambios en el cuerpo y el comportamiento que se asocian habitualmente con emociones humanas y usar nuestro sentido común.
Miedo
Aprender a evitar el peligro es una de las importantes razones por las que los animales sienten miedo. Y los peces son ciertamente capaces de hacerlo. Un estudio demostró que si se encendía una luz antes de lanzar una red al tanque, los peces aprendían a evitarla en el futuro escapando cuando la luz se encendía11. En otro experimento, los peces aprendían a evitar descargas eléctricas recordando dónde las habían sufrido en EL pasado y nadando solo en áreas "seguras" del tanque12.
Estados de ánimo
Cuando se mantiene a los peces en condiciones de vida malas, se tornan "pesimistas", en cuanto a que parecen esperar lo peor de una nueva situación. Por el contrario, los peces que viven en buenas condiciones se hacen optimistas. A pesar de que la organización no aprueba la metodología de los siguientes estudios, los científicos han utilizado peces para desarrollar nuevos fármacos para tratar la depresión en humanos. En relación a su trabajo con peces, el investigador sobre peces Dr. Pittman afirma que "La neuroquímica es tan similar que resulta alarmante".
En su estudio, se mantiene a peces cebra borrachos con etanol durante dos semanas, entonces se observa su comportamiento después de trasladarlos a un nuevo tanque sin alcohol. Tras unos minutos cerca de la parte inferior del tanque, los peces cebra normalmente comienzan a explorar su nuevo entorno, pero aquellos a los que se les ha retirado el alcohol permanecieron en el fondo. Sin embargo, cuando se les suministró el fármaco antidepresivo, actuaron con normalidad y se movieron por el tanque13 .
Los animales no humanos no pueden decirnos cómo se sienten, así que es imposible saber si se sienten deprimidos del mismo modo que nosotros. Pero los investigadores que trabajan con peces cebra "deprimidos" afirman que pierden el interés en casi todo: alimento, juguetes, exploración.
Placer
Los peces tienen la hormona oxitocina (o su equivalente, isotocina) que se asocia con el placer en los humanos y otros animales.
INFORME
Para saber más acerca de la sintiencia en peces, puedes descargar nuestro informe aquí
Piscicultura: Explotaciones industriales bajo el agua
A pesar de estar ocultas a la vista, las granjas industriales submarinas dañan a los animales y al medio ambiente al igual que las granjas industriales en tierra. Se hacina a los peces restringiendo sus comportamientos naturales. En muchos casos, el agua se ensucia y se contamina y los peces son propensos a enfermedades, infecciones y parásitos. Para tratar esta propensión, los criadores utilizan productos químicos y antibióticos, que pueden ser dañinos para el entorno marino, para los consumidores del pescado así como para el bienestar de los propios peces. Dada la enorme escala de la piscicultura y la trayectoria de crecimiento futuro, consideramos que esto es un enorme problema de bienestar animal que debemos abordar.
Vidas de absoluta miseria
En la actualidad, miles de millones de peces de piscifactoría viven en la más abyecta miseria. En acuicultura, los peces se crían en áreas confinadas hasta que alcanzan el tamaño adecuado para matarlos y venderlos. La mayoría de los sistemas de piscicultura están diseñados con la economía en mente en lugar de teniendo en cuenta las necesidades de los peces. Los tanques y las jaulas no satisfacen adecuadamente las necesidades de los peces ya que restringen gravemente la conducta natural de los animales. La mayor parte de los peces de piscifactoría son criados en lo que se pueden considerar básicamente como granjas industriales submarinas de bajo bienestar. Al salmón, a pesar de medir alrededor de 75 cm de largo, se le puede dar el espacio equivalente a una bañera de agua.
Los peces hacinados son más susceptibles a la enfermedad y sufren más estrés, agresión y lesiones físicas como daños en las aletas. Junto con la falta de espacio, el hacinamiento también puede provocar mala calidad del agua, por lo que los peces tienen menos oxígeno para respirar.
Los requisitos conductuales de la mayoría de las especies de peces utilizados en la acuicultura están muy mal entendidos. Es improbable que las condiciones de la cría intensiva satisfagan siquiera las necesidades básicas del pez. Por ejemplo, la cría de peces en jaulas impide su comportamiento natural de nadar. Los salmones son migratorios y naturalmente nadarían grandes distancias en el mar14. En su lugar, nadan en círculos alrededor de la jaula, frotándose contra la malla y unos contra otros.
En la actualidad, más de la mitad del pescado que consumimos procede de la acuicultura, principalmente granjas industriales submarinas. En 2015, solamente en Europa se produjeron aproximadamente mil millones de peces en jaulas submarinas15.
El bienestar animal depende de cuidar tres componentes importantes16: el bienestar físico, el bienestar mental y la vida natural.
En las piscifactorías intensivas, los tres componentes se ignoran17 puesto que se mantiene a los peces en condiciones de hacinamiento y esterilidad y los animales se ven sometidos a procedimientos de manipulación estresantes y a métodos de sacrificio inhumanos.
Compassion in World Farming llevó a cabo una investigación encubierta y descubrió miles de peces hacinados en un espacio muy limitado sin nada que hacer más que nadar indefinidamente en círculos. Los peces no podían mostrar sus conductas naturales y mostraban signos de sufrimiento intenso.
Sacrificio
Los peces son los animales más utilizados de la tierra. Los números son ingentes. Es difícil saber con exactitud cuántos individuos son sacrificados en todo el mundo porque son demasiados para contarlos. Pero basándonos en su peso, se estima que se sacrifican entre uno y tres billones18 de peces para alimento cada año. Solo una parte de estos peces son sacrificados de forma humana.
En el mundo, la mayor parte de los peces que consume la gente han sido sacrificados de forma inhumana. Esto significa que el sufrimiento fue severo y prolongado. En muchas piscifactorías, el método rutinario de sacrificio es simplemente sacar el tanque del agua que necesitan para respirar para que se ahoguen lentamente (asfixia). Este método puede llevar más de una hora hasta que el infortunado animal muere mientras lucha por su vida, tratando de respirar. En los peores casos, los peces se procesan (es decir, se evisceran) cuando aún están vivos.
Otros métodos utilizados para matar a los peces también son inhumanos, por ejemplo: inmersión en una mezcla de hielo y agua, exposición a dióxido de carbono y desangrado, entre otros. Todos ellos causan dolor y miedo considerables. Luchas violentas demuestran sus intentos por escapar mientras luchan por su vida. El sufrimiento puede ser tremendamente prolongado. Muchos peces permanecen conscientes del dolor durante varios minutos después de que se les corten las branquias y se les deje para desangrase.
La lubina y la dorada se crían en grandes cantidades en Europa. En estas piscifactorías es rutina echar a los peces en hielo desmenuzado para morir; una práctica tan cruel que la Organización Mundial de Sanidad Animal le ha puesto fin. Al echar a los peces es hielo desmenuzado, se ralentiza el índice metabólico del animal por lo que puede permanecer vivo más tiempo y el sufrimiento se prolonga. Como muestra una de nuestras grabaciones encubiertas [insertar enlace], algunos de estos peces están aún vivos, tomando sus últimas respiraciones y luchado por sobrevivir cuando se los empaqueta en cajas para enviarlos al mercado, un escenario que sería completamente intolerable para cualquier otro animal que comemos las personas.
Existen métodos más humanos de sacrificio (en Gran Bretaña y Noruega normalmente se aturde a los peces antes de matarlos) pero sin legislación vigente, la mayoría de las empresas de cría de peces prefiere mantener bajos los costes y no comprar el equipo necesario para permitir una muerte rápida.
Para más información sobre el sacrificio de los peces en la UE, lee nuestro informe.
Alimentando peces con peces
Nos enfrentamos a una crisis internacional de pesca excesiva. Sin nuevas áreas enormes de conservación marina ni regulación del sector, nos enfrentamos a un futuro de mares vacíos sin peces salvajes. La acuicultura es responsable de mucha de la pesca industrial de nuestros diezmados océanos. Ciertas especies ampliamente criadas en cautividad como la trucha y el salmón son carnívoras. Esto significa que, en estado salvaje, cazan otros peces. Para criar a estos animales, se les alimenta con pienso para peces que está hecho de peces capturados en estado salvaje. Aproximadamente un cuarto de todos los peces capturados en estado salvaje se utilizan para fabricar pienso para peces. Esto implica entre 450.000 millones y 1 billón de peces individuales. En otras palabras, pueden ser necesarios hasta 300 peces capturados en estado salvaje para criar a un solo salmón de piscifactoría, así que, la acuicultura en realidad está aumentando la presión sobre las poblaciones salvajes. Dado que estos peces salvajes mueren sin ninguna forma de sacrificio humano, el costo en bienestar de la alimentación de los salmones es también enorme.
Para más información sobre el impacto del uso de peces salvajes para alimentar peces de granja, accede al resumen en español del informe Hasta que los mares se sequen o al informe completo en inglés Until the Seas Run Dry.
El informe “Until the seas run dry: how industrial aquaculture is plundering the oceans”[“hasta que los mares se agoten: cómo la acuicultura industrial está saqueando los océanos”] analiza los efectos de las pesquerías de reducción (en las que el pescado salvaje se transforma en harina y aceite de pescado) y la falta de transparencia y sostenibilidad en el sector de los piensos para la acuicultura. El informe expresa graves preocupaciones sobre los efectos medioambientales y humanos derivados de utilizar harina y aceite de pescado en los piensos para la acuicultura y destaca el impacto devastador que esta industria tiene sobre el bienestar animal.
Salmón escocés
La cría de salmón en Escocia es un gran negocio, por valor de 765 millones de libras esterlinas en 2016. La industria en su totalidad (su sostenibilidad y el sufrimiento de los salmones implicados) están cada vez más en entredicho.
Se han registrado varias instalaciones en Escocia con grandes cifras de peces enfermos en jaulas, en estados terribles de tormento. Las epidemias de parásitos significan que los piojos se comen vivos a los peces y que estos no tienen medios para salir de las aguas contaminadas y congestionadas. El salmón es una especie migratoria que viaja grandes distancias (por ejemplo, algunos salmones escoceses migran más de 1.600 kilómetros hasta el sur de Islandia19) pero en las piscifactorías se les puede forzar a nadar en círculos interminables.
Recientes escenas de devastación rodadas en criaderos de salmón escoceses y compartidas con el público son realmente perturbadoras e inquietantes, poniendo en tela de juicio la viabilidad de todo el sector. Algunas de las piscifactorías estaban sucias, los animales hacinados y muchos de ellos enfermos y deformados. Las tasas de mortalidad de los criaderos de salmón han ido subiendo hasta niveles alarmantes: 10 millones de animales mueren durante la producción cada año. Grabaciones encubiertas recientes mostraban camiones tirando miles de animales muertos en enormes fosas comunes cerca del mar.
A la vista del terrible estado de muchos criaderos de salmón, Compassion, junto con otras organizaciones, pide una suspensión de la ampliación de la cría de salmones en Escocia.
Soluciones
Comer menos. Y mejor.
En estado salvaje, las cifras de peces están disminuyendo catastróficamente debido al exceso de pesca por parte de los humanos. Según ciertas estimaciones, se ha extraído de los mares de manera insostenible el 90 % de los peces grandes. Si la pesca continúa como en estos momentos, sin permitir que los ecosistemas marinos se recuperen, nuestros océanos se convertirán en desiertos virtuales para 205020. Una vez estas criaturas y hábitats se hayan perdido, no habrá modo de recuperarlos. Nuestros hijos podrían heredar un mundo sin peces.
No hay ninguna duda al respecto. La ciencia es determinante. La mejor dieta es una que incluya más plantas. Desde la perspectiva de la salud humana, la sostenibilidad medio ambiental y, por supuesto, el bienestar animal, todas las personas deberían comer menos carne y pescado, y si comen productos animales, deberían comer "mejor" carne y pescado.
Ha habido cierta confusión en los mensajes de los gobiernos y vendedores, alentando a los consumidores a comer más pescado. Teniendo en cuenta lo devastados que están muchos ecosistemas marinos, si este consejo tiene un seguimiento masivo, muy pronto no quedarán peces en el mar. Es posible obtener todos los beneficios de salud consumiendo el tipo adecuado de plantas, como frutos secos, semillas y aguacates. De hecho, algunos pescados son nocivos para la salud si se comen con frecuencia. Por ejemplo, el atún puede contener altos niveles de mercurio que pueden dañar el cerebro21.
La cría de algunas especies de peces, los carnívoros, como el salmón, la trucha, la lubina y la dorada es muy problemático. Estos peces necesitan comer otros peces. Hacer crecer un salmón promedio hasta la madurez puede significar hasta 12.022 peces más pequeños que se capturan en libertad y se usan como alimento. Todos estos "peces de alimentación" merecen también tener su bienestar protegido, pero actualmente están siendo ignorados por la industria de la piscicultura. Casi todos los peces capturados en libertad sufren una muerte lenta y atroz cuando se los saca del agua.
Si se compra pescado de piscifactoría, es mejor comer especies más bajas en la cadena alimenticia que no coman otros peces como por ejemplo la carpa o la tilapia. Esto implica que no se requieren peces en estado salvaje para alimentar a los peces de la piscifactoría.
Las personas que realmente elijan comer pescado, quizá deseen analizar tanto los problemas de sostenibilidad como el bienestar animal. En estos momentos, es prácticamente imposible encontrar peces que vivan en condiciones de "gran bienestar". Los programas de certificación de sostenibilidad, como MSC, no cubren el bienestar animal23. A menos que se indique expresamente lo contrario, es razonable asumir que el pescado que se vende en los supermercados podría haber sufrido durante su cría, captura o sacrificio.
Desafortunadamente, tal y como están las cosas, el sacrificio inhumano de peces sigue siendo habitual en el sector por lo que es difícil encontrar productos de pescado con un alto nivel de bienestar. Animamos a nuestros simpatizantes a ponerse en contacto con las marcas y comercios en los que compran y preguntar por su posición sobre el bienestar de los peces.
Nuestras referencias
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El número de peces con que se alimenta a un salmón de piscifactoría varía de acuerdo con el tamaño de los peces capturados y la composición de los peces. Nuestros cálculos conservadores indican que el número requerido para alimentar a un salmón de cultivo escocés promedio puede variar entre 50 y 120.
Para descubrir qué peces silvestres se pueden comprar sin contribuir a la disminución de los ecosistemas marinos, alentamos a nuestros partidarios a que visiten el sitio web de la Sociedad de Conservación Marina que tiene una Guía detallada. Como regla general, siempre es mejor comprar pescado local de una pequeña operación no industrial.
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