Para CIWF toda la vida de un animal, desde el primer instante hasta el último momento de vida, debe cumplir con los principios de bienestar animal de las cinco libertades.
El estrés, el dolor y las lesiones que incurren en el toreo y eventos de tauromaquia violan estos principios. Incluso el sacrificio debería ser humano, que no es el caso en la tauromaquia.
Para CIWF la tauromaquia implica el engrandecimiento de la tortura. Si los toros en un matadero fueran sacrificados de una forma tan lenta y dolorosa como ocurre en las plazas de toros, los trabajadores se encontrarían en serios problemas por quebrantar las leyes contra la crueldad animal.