Absolutamente no. CIWF no fomenta productos de origen animal, pero informa a los ciudadanos-consumidores sobre aquellos productos o tipos de productos que proceden de formas de cría más respetuosas con el bienestar animal.
Todo ello para conseguir que la utilización de estos productos se difunda, minando la difusión de los productos procedentes de ganadería intensiva (aun la mayoría)